El Renacimiento reflejado en la literatura de William Shakespeare
Por
Noemí Sánchez Blanco
Tesis
a defender: Uno de los mayores exponentes del Renacimiento fue el poeta William
Shakespeare, que por medio de sus obras reflejó las características de la época
en la que se desenvolvió, mostrando similitudes con la literatura greco-latina
y exponiendo el alma humana de una forma poética que continua siendo de las más
importantes y trascendentales actualmente.
El
periodo del Renacimiento fue una etapa en la que el ser humano decidió anteponer la razón sobre
todas las cosas, estaba en busca de la cultura y los conocimientos que no se
lograron obtener durante la Edad Media. Esta transición se caracterizó por centrarse
en el conocimiento del alma humana, retornando al pensamiento greco-latino. El
hombre se desprendió de la religión, la cual no tenía ninguna finalidad
práctica.
Una
de las obras de William Shakespeare es Rey
Lear, la cual fue escrita en el año de 1605 y es catalogada como una de las
grandes tragedias. La riqueza de esta obra yace en la representación de los
personajes, que son humanamente complejos y con un carácter que los asemeja a
la vida de una persona real; esta es una de las características de la
literatura del Renacimiento, los escritores componen sus obras basándose en
historias reales o ficticias con gran pesar social y político. El rey Lear es un ejemplo del castigo de los propios errores ante
el poder del mal que terminó con la vida de Cordelia, un personaje que representa
la inocencia, la honestidad y la injusticia que son parte del diario vivir
humano.
La
tragedia del rey Lear hace mención al afán de experimentar, de poner a prueba a
los demás, pretendiendo de esta manera conocer sus sentimientos, como lo hace
con sus tres hijas: «Decidnos, hijas
mías, pues es ahora nuestra voluntad desprendernos del gobierno, posesiones y
cuidados del estado, ¿cuál de vosotras os ama más? Así, nuestra generosidad
sabrá depositarse en aquella de vosotras cuyo sincero afecto la haga merecedora
de tal premio.» (Shakespeare, William. 2007) Las hijas de Lear responden de
la siguiente manera: «Os amo más allá de
cualquier límite.»(Shakespeare, William. 2007) y «[…] mi amor se mide por sus
palabras» (Shakespeare, William. 2007). Aquí, estas dos hijas de Lear representan el
deterioro de la humanidad que al verse seducido por el poder, la gloria y el
prestigio, decide convertirse en lo más dulce y tierno para obtener lo que se
desea, hablando palabras que no tienen ninguna carga emocional, sino están
disimulando el interés mismo.
Por
otra parte, encontramos a Cordelia, que con una sinceridad absoluta responde lo
siguiente: « sé que mi amor es más pesado
que mi lengua […] no puedo elevar mi corazón hasta mi boca. Os quiero majestad,
conforme al lazo que me une a vos; ni más, ni menos.» (Shakespeare, William. 2007)
Aquí Shakespeare quiere mostrar que el amor es inefable y constituye quizás el motor de la tragedia de
Lear, por exigir a Cordelia la expresión de algo que escapa a todo lenguaje, ya
que ¿cómo es que las palabras nos muestran su afecto a nosotros? ¿no somos
nosotros mismos los que hacemos esa muestra de afecto? Esta incomprensión del
rey con respecto a su hija y la mala interpretación del silencio de Cordelia constituirán
la causa de la ruina de su padre.
Este
tema es parte de los grandes cuestionamientos que ha tenido el ser humano y
como se puede analizar, comenzó a tomar su auge en el Renacimiento porque hubo
una introspección del ser humano tan grande que todos los aspectos,
específicamente del alma, fueron tratados.
También
tenemos el personaje de Edgar, el hijo del conde Gloucester, que en la obra
representa a las almas que se han perdido en el placer:
«Era un amante y sirviente de corazón y
mente […] decía tantos juramentos como palabras, […] en sueños urdía planes
lujuriosos y despertaba para ponerlos en marcha. Amaba el vino con todo el
corazón, y en cuanto a mujeres, tenía más que el turco en su harén. Falso de
corazón, ligero de oído, mano sanguinaria. Perezoso como el cerdo, cauteloso
como el zorro, voraz como el lobo, irascible como el perro, agresivo como el
león con su presa.» (Shakespeare, William. 2007)
El
placer, la lujuria y la ambición forman
parte del ser humano, es algo inevitable, la única diferencia es quien decide
obedecerlo y quien no, para seguir un camino completamente diferente, como
Edgar que narra después de varias escenas:
«Debemos aceptar el peso de este tiempo aciago, decir lo que sentimos y no lo
que deberíamos decir. » (Shakespeare, William. 2007)
Todos
los actos tienen alguna consecuencia, y la consecuencia de esta tragedia fue
caer en la completa ruina y perder a Cordelia, el alma pura. «Yo podría haberla salvado, y
ahora se ha ido para siempre. ¡Cordelia! ¡Cordelia! ¡Quédate un poco más! Su
voz siempre ha sido tan suave, dulce y ligera; algo excelente en una mujer. »
(Shakespeare, William. 2007)
De
alguna manera es el castigo del rey Lear por la malinterpretación del amor de
su hija. Esto se asemeja a las tragedias griegas, en las cuáles los personajes
eran castigados por sus pecados, confirmando que la literatura renacentista
trata de imitar a la greco-latina y también que es puramente humana.
Luego
se tiene la obra de Macbeth, escrita en el año de 1606, y que tiene como tema principal
el crimen. Este crimen es cometido por Macbeth y Lady Macbeth para llegar al
trono y obtener el poder absoluto de Escocia, como lo afirma el personaje de
Macbeth en la obra: «Es el crimen mismo
el que me habla así. La naturaleza reposa en nuestro hemisferio. Negros
ensueños agitan al que ciñe real corona.» (Shakespeare, William. 2007)
Aquí
también se encuentra un parecido a las tragedias griegas, ya que tres brujas advirtieron a Macbeth que llegaría a ser el rey de
Escocia; como lo hace el oráculo, advirtiendo el destino de los seres mortales.
En Ricardo III el rey Ricardo habla sobre
las acciones que realiza el hombre y que después terminan siendo errores y el
arrepentimiento llega a remorder la conciencia: « Escuchad: lo hecho no puede repararse. El hombre comete algunas
veces, sin reflexionar, acciones de que más tarde tiene que arrepentirse. » (Shakespeare,
William. 2007)
Por
último, en la obra de Las alegres
comadres de Windsor, una de las grandes comedias de William Shakespeare, se
aprecia el lado positivo del alma humana, al perdonar Page a Falstaff después de haber seducido a su
esposa: « Me alegro, a pesar del empeño
especial que habéis puesto contra mí, de que vuestro dardo haya resbalado.» y «Lo
que ha de ser bien castigado, ha de ser bien perdonado» (Shakespeare, William.
2007)
Como
conclusión de este ensayo, se puede afirmar que William Shakespeare utilizó la razón humana y la transformó en
grandes obras que relatan los asuntos prácticos y emocionales que vivimos en
nuestro diario vivir, aunque en contextos diferentes. Esto no debe presentarse
como un intento por parte de Shakespeare de predicar sobre la paciencia o sobre
la triste condición humana en general, al contrario debe verse como un modelo
de superación.
;)
ResponderBorrarHola :D
BorrarHola no me sirvio para nada
ResponderBorrarVuelve pronto :D ccsmr
BorrarVuelve pronto :D
BorrarA mí me sirvió, me pareció interesante, aprendí.
ResponderBorrarGenial
ResponderBorrar?
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