«Del amor y otros demonios» de Gabriel García Márquez: el discurso tropológico como contribución a la carga simbólica de la obra.
Noemí Sánchez Blanco
Miércoles 28 de octubre de 2015
«En aquel mundo opresivo en el que nadie era libre, Sierva
María lo era: sólo ella y sólo allí».
Gabriel
García en Del amor y otros demonios[1].
2015
La obra Del amor y
otros demonios de Gabriel García Márquez es una clara representación de la
corriente literaria de lo “Real maravilloso”, que será explicada en el
transcurso de éste ensayo. La obra, que desde su título se percibe el enunciado
tropológico, tiene un diseño artístico excepcional ya que el autor no podía
dejar atrás las figuras retóricas para construir una obra en la que el lector
se puede trasladar fácilmente y entrar a una realidad en la que podría llegar a ser difícil diferenciar entre lo
concreto y lo abstracto.
Para
los lectores latinoamericanos, puede no ser posible percibir esta gran
corriente literaria ya que la vida cotidiana está basada en ello. América
latina está llena de historias, mitos, tabúes, religión, costumbres, que hacen
que se viva prácticamente en una realidad maravillosa. Se necesita de una visión concreta, salirse
de la cotidianidad y adaptar nuestra realidad a los ojos del resto del mundo
para comprender que hay diferentes percepciones de la vida. En el caso de Del amor y
otros demonios se refleja una sociedad inmersa en la religión y en
la cultura caribeña, ambas basadas en ritos que representan el choque de
ideologías.
América
latina, también está llena de prejuicios, que pueden llegar a afectar la
percepción de diferentes situaciones en la vida cotidiana, puede que no se
desarrollen ideales en su totalidad debido al temor que se tiene por poseer
ideales diferentes. He ahí la
importancia de lo “Real maravilloso” y el discurso[2] tropológico[3] del autor, que con una
visión totalmente adecuada a los lectores latinoamericanos se debe interpretar
cada detalle, cada símbolo, y en el caso de la obra, se debe interpretar como
una crítica a la sociedad. Pero hay que tener cuidado porque puede que el
resultado de esta visión concreta y fuera de lo real maravilloso duela en nuestro patriotismo e identidad. La pregunta sería: ¿qué sucede cuando la carga
simbólica de la obra recae en aspectos más profundos a los ya establecidos por
el autor, como el dominio de la Santa Inquisición y la visión hermética de la
sociedad, expresados a través del discurso tropológico?
Como
hiótesis se tiene que a lo largo de la obra Del amor y otros demonios de Gabriel
García Márquez, se puede distinguir el discurso tropológico que plantea el
narrador interno extradiegético omnisciente acerca de diferentes personajes y
culturas como lo son: El obispo, Josefa Miranda, Abrenuncio, la cultura
caribeña, Cayetano Delaura y Sierva María. Con la finalidad de contribuir con
la carga simbólica dentro de la obra.
El objetivo general del ensayo es proponer el discurso
tropológico de distintos personajes y del narrador como contribución a la carga
simbólica de la obra para poder brindar al lector una perspectiva diferente de
las características ya establecidas de la obra, como lo son el poder de la
religión sobre una sociedad dócil, el cual se dividirá de la siguiente manera,
tomando en cuenta que todos los discursos son hechos por el narrador
omnisciente de la obra:
1- Discurso sobre personajes relacionados a la religión: El
Obispo de la diócesis, Don Toribio de Cáceres y Virtudes y la abadesa Josefa
Miranda.
2- Discurso sobre los esclavos negros.
3- Discurso acerca de Abrenuncio
4- Discurso acerca de Cayetano Delaura
5- Discurso acerca de Sierva María
Para
comprender un poco la visión del autor sobre este discurso es necesario conocer
datos biográficos. Gabriel García Márquez (Aracataca, Colombia, 1927 – México
D.F., 2014) es uno de los grandes novelistas del siglo XX, renovador de la
literatura en español y figura clave en el auge del llamado realismo mágico. Es
también el máximo representante del Boom Latinoamericano, muy
caracterizado por la imaginación desaforada para interpretar la realidad
latinoamericana, vivió gran parte de su vida con su abuelo, coronel liberal Nicolás Márquez, veterano de
la guerra de los Mil Días (principal influencia política e ideológica). Su
importancia como narrador se vio reconocida a nivel mundial en 1982, año en el
que le fue otorgado el Premio Nobel de Literatura por la novela más reconocida
internacionalmente: Cien años de soledad.
Márquez vivió luchas históricas; la masacre de
las bananeras y la guerra de los mil días como parte de su contexto histórico;
lo cual lo llevo a ser un gran crítico del imperialismo estadounidense en la
época de los ochenta, aprovechando su puesto como columnista de un prestigioso
periódico colombiano . (Biografiasyvidas.com, 2015)
En esta
ocasión es nuestro interés la lectura profunda de otra notable obra del nobel, Del amor y otros demonios publicada en
1994, la cual narra la historia de Sierva María de Todos los Ángeles, una
marquesita que a la edad de doce años fue mordida en el tobillo por un perro
con mal de rabia. Los médicos anunciaron que moriría irremediablemente. La
niña, pasados los días, comenzó a mostrar cierta extraña conducta agresiva. El
obispo de Cartagena dispuso que la joven debía ser recluida en el convento de
Santa Clara para que fuera exorcizada porque estaba poseída del demonio. El
exorcista, el padre Cayetano Delaura, se enamoró de la jovencita y fue
correspondido. Convencido de la sanidad de la marquesita, intercedió ante el
obispo por ella, sosteniendo que no estaba poseída. Por este motivo, fue
relevado de su función de exorcista y bajo la sospecha de sus desvíos de amor,
el obispo lo degradó a ser enfermero en el hospital de leprosos. A Sierva María
la someten a diversas torturas para sacar el supuesto «demonio», situación que
deriva en la trágica muerte de la niña, aunque en el libro se menciona que
«murió de amor». (p. 156)
El
contexto interno de la obra se desarrolla en Cartagena de Indias, en la segunda
mitad del siglo XVIII, cuando los remanentes autoritarios de la Contrarreforma
se aferraban aún al Santo Oficio para mantener en América el comercio negrero
que favorecía a los señores feudales dentro de los cuales la iglesia, como
aparato ideológico de estado, jugaba un papel protagónico.
Otro
aspecto importante a tratar para la comprensión del uso del discurso
tropológico son las corrientes literarias de Realismo Mágico y lo Real
Maravilloso:
En
el Realismo Mágico se muestra la realidad narrativa con elementos fantásticos y
fabulosos, con la intención de exagerar la aparente contrariedad existente
entre los mismos. La estrategia del escritor consiste en sugerir un clima
sobrenatural sin apartarse de la naturaleza y su táctica es deformar la
realidad. Los personajes, las situaciones, los acontecimientos y escenarios son
reconocibles y razonables, pero el narrador juega con ellos, ya que se propone
provocar sentimientos de extrañeza. Lo
maravilloso es lo natural. Evita cualquier efecto emotivo de escalofrío, miedo
o terror, provocado por un acontecimiento insólito. Lo extraordinario deja de
ser lo desconocido para incorporarse a lo real, la maravilla es la realidad.
Lo
Real Maravilloso[4]
es un movimiento latinoamericano que muestra nuestra cultura, las creencias de
los indios, con drama y fantasía, que se une para dar un contexto muy original
e irreal para otras culturas. Es la narración de aquellos hechos que escapan a
lo estrictamente racional y se instalan en nuestro quehacer cotidiano, haciendo
natural lo que para otras culturas sería mágico, sobrenatural o inverosímil. (El
realismo mágico y real maravilloso. 2005)
Para
adentrarnos aún más al tema me gustaría citar a Andrés Amorós, que en su libro Introducción a la literatura afirma que
la
obra literaria ya concluida se convierte en un producto social e influye, a su vez, sobre la sociedad de la
cual ha surgido, suscitando reacciones en cadena, adhesiones y repulsas,
contradicciones y prolongaciones que muchas veces se expresan por escrito,
dando lugar a nuevas obras literarias, críticas o de creación. (1980)
en
donde al revisar el tema de discusión sobre los discursos tropológicos[5] se tiene que una vez que
el autor decide cargar de símbolos a la obra por medio de su diseño artístico,
la obra se vuelve de constructo social, por y para la humanidad.
En
primera instancia se tiene el discurso del narrador interno extradiegético
omnisciente que narra el primer discurso tropológico: «Hasta los curanderos más
audaces la abandonaron a su suerte, convencidos de que estaba loca, o poseída
por los demonios.» (p. 56) donde muestra la primer y principal alegoría,
los demonios que acechan el alma de
Sierva María, que puede ser traducido simbólicamente al cambio de etapa y a la
adquisición de nuevas ideologías y formas de pensamiento diferentes a lo común
en la sociedad, que atravesaba la niña, al cumplir 12 años, ya que en la
adolescencia se forja la identidad de un individuo.
También
se tiene que a través del discurso que da
el obispo «la rabia en los humanos suele
ser una de las tantas artimañas del Enemigo. […], «aunque el cuerpo de tu niña
sea irrecuperable, Dios nos ha dado los medios de salvar su alma». (p 62) se
refleja el dominio de la religión sobre la sociedad, ya que ellos tuvieron la
autoridad de llegar con el marqués y decidir lo que era correcto para Sierva
María. Habría que analizar lo que representa la religión, ya que como discurso
tropológico, puede traducirse a un símbolo de la sociedad, en el que ésta sea
la opresora y dominante e impida que se muestren otros ideales fuera de los ya
establecidos a través de convenciones sociales. La sociedad tiene temor a lo
nuevo y lo que hace es que lo castiga, como lo menciona Delaura: «A
veces atribuimos al demonio ciertas cosas que no entendemos, sin pensar que pueden
ser cosas que no entendemos de Dios». (p. 87)
También
está presente el tema del amor, como una visión utópica a la que la sociedad
anhela llegar, pero que debido al miedo de sentir y entrar a un estado
emocional no se permite ir más allá del propio concepto, como lo dice el Obispo
a Delaura: «Le dijo que el amor era un sentimiento contra natura, que condenaba
a dos desconocidos a una dependencia mezquina e insalubre, tanto más efímera
cuanto más intensa.» (p 155)
Después
se tiene el discurso acerca de los esclavos negros, usado para representar la
parte de la sociedad que actúa como una contracultura, que se niega a seguir
las normas y establece las propias, siempre dejando muy en claro su posición
ante el mundo, como lo explica Delaura: «Los
negros nos mienten a nosotros, pero no entre ellos» (p 118)
Los
esclavos negros adaptaron su estilo de vida a su manera, con sus ritos y
santería, siendo un escape para Sierva María, un escape de la sociedad y la
opresión, en el que ella fue aceptada y se comportó de la misma forma que
ellos:
«Recuperó su mundo al instante. Ayudó a degollar
un chivo que se resistía a morir. Le sacó los ojos y le cortó las criadillas,
que eran las partes que más le gustaban. Jugó al diábolo con los adultos en la
cocina y con los niños del patio, y les ganó a todos. Cantó en yoruba, en
congo y en mandinga, y aun los que no entendían la escucharon absortos.» (p.
71)
Ella
era feliz siendo parte de algo, una sociedad a la que fue abandonada por sus
padres y que la arropó como si fuera parte de ella: «Lo único que esa criatura tiene de blanca es el color» (p.
50)
Por
otra parte, se tiene el discurso acerca de Abrenuncio, un médico acusado de
herejía por parte del Santo Oficio, como lo explica el mismo personaje: «No soy
más que una pieza codiciada en el coto de caza del Santo Oficio».(p 123) Él
representa la razón, la unión entre las dos cosmovisiones representadas
(religión católica y la cultura caribeña), ya que el personaje acepta que la fe
a Dios es importante : «[...] los ateos no acertamos a vivir sin los clérigos»,
dijo Abrenuncio. «Los pacientes nos encomiendan sus cuerpos, pero no sus almas,
y andamos como el diablo, tratando de disputárselas a Dios». (p. 131) Poniendo sobre la mesa el punto de vista de
la fe, un concepto que el ser humano necesita para creer en algo y que ese algo
va a estar ahí para ellos, siempre será su sostén: «No hay medicina que cure lo
que no cura la felicidad» (p 38), pero
por otra parte el discurso que plantea el narrador sobre Abrenuncio es el del
conocimiento y la racionalidad, siendo el único personaje que siempre estuvo
firme acerca de su visión hacia la sociedad aparte de Sierva María que este
caso es representada por la religión. Él nunca se muestra de acuerdo con la doctrina,
sino que la sabe diferenciar de la fe, teniendo conceptos casi contrarios. «
«Entre eso y las hechicerías de los negros no hay mucha diferencia», dijo. «y peor
aún, porque los negros no pasan de sacrificar gallos a sus dioses, mientras que
el Santo Oficio se complace descuartizando inocentes en el potro o asándolos
vivos en espectáculo público». (p. 79)
El
cuarto discurso a analizar es el de Cayetano Delaura. Un discípulo del obispo
que es la clara representación de todo lo que un ciudadano ejemplar debía de
ser. Un personaje muy culto, pero moldeado por la misma estructura rígida de la
sociedad, lleno de conceptos y de
prejuicios ante una realidad diferente a la suya, pero cuando se encuentra
frente a la figura de Sierva María, todo su mundo se tambalea, configurando su
pensamiento y presentando un personaje confundido al tener que decidir entre lo
que toda su vida pensó que era lo correcto, a lo que su ser pensaba que era lo
correcto, representándose en el discurso acerca del demonio, una alegoría
presente en toda la obra: «Es el demonio, padre mío», le dijo Delaura. «El más
terrible de todos» (p 127)
Al
final, Delaura terminó completamente arruinado por este demonio, el amor: «
No
tenía más corazón que para Sierva María, y aun así no le bastaba. Estaba
convencido de que no habría océanos ni montañas, ni leyes de la tierra o el
cielo, ni poder del infierno que pudieran apartarlos.» (p 131)
Pero,
hay una comparación entre el perro que mordió a Sierva María y Cayetano:
«
Un
perro cenizo con un lucero en la frente irrumpió en los vericuetos del mercado
[…] de paso mordió a cuatro personas que se le atravesaron en el camino. Tres
eran esclavos negros. La otra fue Sierva María de Todos los Ángeles» (p 11)
« Sierva
María le preguntó por qué tenía un mechón blanco.
-Es un
lunar- , dijo él.
-De
afeite-, dijo ella.
-De
natura- , dijo él. -También mi madre lo tuvo-. » (p. 132)
En
donde probablemente se muestra la metáfora del perro como el resultado de un
amor anormal, siendo Cayetano el causante de la configuración de la trama.
Por
último se tiene el discurso que ofrece el narrador sobre Sierva María, un
personaje que representa la libertad en una forma inocente, que no tiene más
remedio que adaptarse al cambio inesperado que sufre después de la mordida del
perro. « En aquel mundo opresivo en el que nadie era libre, Sierva
María lo era: sólo ella y sólo allí.» (p 16). Ella quería creer en el amor: « Ella le preguntó por esos días si era verdad, como decían
las canciones, que el amor lo podía todo.» (p 33) pero al estar presente en una
sociedad que la reprimía por ser diferente y la condenaba, no había más opción
que mentir, como se mencionó anteriormente como una característica de los
esclavos negros: «Tengo adentro un diablo». Martina la dejó en
paz, pensando que mentía, o que le habían mentido, sin saber que ella era una
de las pocas blancas a quienes les había dicho la verdad. » (P 93) y actuando
como si en verdad estuviera poseída por un demonio, cuando en verdad ella sabía
que estaba poseída por el amor: «Sierva María imitaba voces de ultratumba,
voces de degollados, voces de engendros satánicos, y muchas se creyeron sus
picardías y las sentaron como ciertas en las actas.» (p 77). Estando es sus
últimos días de encierro, ella narra que éste mismo es lo que la está matando: «Prefiero
estar muerta a seguir muriéndome en este encierro». (p 79)
La vida
de Sierva terminó después de haber sufrido la condena de la religión,
tratándole de hacerla normal, de tener un alma pura y de encajar en la
estructura social ya propuesta: «La guardiana que entró a prepararla para la
sexta sesión de exorcismos la encontró muerta de amor en la cama con los ojos
radiantes y la piel de recién nacida.» (p 156) Ella murió de amor, un amor que
no la pudo salvar y que le arrebató el último suspiro. Viéndolo desde una perspectiva del filósofo
Sócrates, que pensaba que la muerte era un descanso y un disfrute, tal vez para
Sierva María lo fue, fue su escape a un mundo utópico.
Como
conclusión se tiene que el autor logró diseñar perfectamente la obra, para que
el discurso tropológico cumpla la función de sostener la carga simbólica de la
obra, una obra de reflexión y de crítica social hacia la construcción de un
mundo “soñado”.
Referencias
ABC digital. (2003). Figuras de pensamiento o
lenguaje tropológico. Recuperado el 25 de octubre de 2015, de
http://www.abc.com.py/articulos/figuras-de-pensamiento-o-lenguaje-tropologico-700625.html
ABC digital. (2005). El realismo mágico y real maravilloso.
Recuperado el 25 de octubre de 2015, de
http://www.abc.com.py/articulos/el-realismo-magico-y-real-maravilloso-847616.html
Amorós, A. (1980). Introducción a la literatura.
Editorial Castalia.
BAUTISTA, M. D. (1990). GRAMÁTICA Y ESTILÍSTICA DE LOS
TROPOS. Recuperado el 25 de octubre de 2015, de
http://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/6569/1/ELUA_06_09.pdf
Biografias y Vidas. (2013). Biografias y Vidas. Gabriel
García Márquez. Recuperado el 25 de octubre de 2015, de
http://www.biografiasyvidas.com/reportaje/garcia_marquez/
Genette, G. (s.f.). El ocaso de la retórica: la
tropología. Recuperado el 25 de octubre de 2015, de
http://biblio3.url.edu.gt/Libros/2012/meta/2.pdf
Márquez, G. G. (2015). Del amor y otros demonios.
México, D.F.: Planeta Mexicana.
Schiffrin, D. (2011). Definiciones de discurso. Revista de
Investigación Educativa 13, 6-8.
Tedio, G. (2005). Del amor y otros demonios o las
erosiones del discurso inquisitorial. Recuperado el 25 de octubre de 2015,
de http://www.ucm.es/info/especulo/numero29/delamor.html
Anteproyecto
1.1-
¿De qué manera
contribuye el contexto geográfico presentado en la obra?
1.2-
¿Qué influencia tiene el
contexto histórico de la época colonial en la obra?
1.3-
¿De qué manera interviene
lo “Real maravilloso” en la obra?
1.4-
¿De qué manera
contribuye el diseño artístico para la construcción de la obra?
1.5-
¿Cuál es la función de
las figuras retóricas de pensamiento dentro de la obra?
1.6-
¿Cuáles son los
discursos que sustentan la obra?
2.1- ¿De qué manera afecta la religión a la
sociedad en el contexto histórico presentado en la obra?
2.2- ¿Qué personajes representan esta visión
opresora?
2.3- ¿Cómo afectan sus discursos a la carga
simbólica de la obra?
2.4- ¿Qué símbolo tiene el concepto de la
religión en la obra?
2.5- ¿Qué función tiene la alegoría del
demonio?
2.6- ¿Por qué es visto como algo fuera de lo
normal?
3.1- ¿Cuál es la función de la cultura caribeña
en la obra?
3.2- ¿Cuál es el contexto histórico al que
pertenece esta cultura?
3.3- ¿Cómo se percibe lo Real Maravilloso desde
este punto de vista?
3.4 ¿Qué símbolo representa la cultura
caribeña dentro de la obra?
3.5 ¿Qué discursos la componen?
3.6 ¿Cómo puede interpretarse el hecho de que
Sierva María fuera acogida por esta cultura?
4.1- ¿Qué representa el personaje de Abrenuncio
en la obra?
4.2- ¿Cuál es su pensamiento hacia las
doctrinas?
4.3- ¿Qué discurso define al personaje?
4.4- ¿Por qué es necesario tener un personaje
con esta carga simbólica en la obra?
4.5- ¿Cuál es el aporte del discurso tropológico
sobre Abrenuncio?
5.1- ¿Qué relación hay entre la alegoría del
perro y el personaje de Cayetano?
5.2- ¿Cuál es la carga simbólica del discurso
acerca del personaje de Cayetano?
5.3- ¿Cómo afecta Cayetano la vida de Sierva
María?
5.4- ¿Cuál es la carga simbólica del discurso acerca del personaje de Sierva
María?
5.5- ¿Cuál es la visión utópica de ambos
personajes?
5.6 ¿Qué representa el hecho de que Sierva
María haya muerto de “amor”?
Preguntas
por grupo
1.-
¿Cuál es la contribución del discurso
tropológico en la obra?
2.-
¿Qué representa el discurso acerca de la religión?
3.-
¿Qué representa el discurso acerca de la cultura caribeña?
4.-
¿Qué representa el discurso acerca de Abrenuncio?
5.-
¿Qué representan los discursos acerca de Sierva María y Cayetano Delaura?
Planteamiento
del problema
¿Qué
sucede cuando la carga simbólica de la obra recae en aspectos más profundos a
los ya establecidos por el autor, como el dominio de la Santa Inquisición y la
visión hermética de la sociedad, expresados a través de los discursos
tropológicos?
Objetivo
general
Proponer el discurso tropológico de distintos personajes y
del narrador como contribución a la carga simbólica de la obra para poder
brindar al lector una perspectiva diferente de las características ya
establecidas de la obra, como lo son el poder de la religión sobre una sociedad
dócil.
Objetivos particulares
Comprender:
- La contribución del discurso tropológico en la obra
- El discurso tropológico acerca de la religión
- El discurso tropológico acerca de la cultura caribeña
- El discurso tropológico acerca del personaje de Abrenuncio
- El discurso tropológico acerca de la relación entre Sierva
María y Cayetano
Hipótesis
A lo largo de la obra Del
amor y otros demonios de Gabriel García Márquez, se puede distinguir el
discurso tropológico que plantea el narrador interno extradiegético omnisciente
acerca de diferentes personajes como lo son: El obispo, Josefa Miranda,
Abrenuncio, la cultura caribeña, Cayetano Delaura y Sierva María. Con la
finalidad de contribuir con la carga simbólica dentro de la obra.
[1] Las citas en este ensayo estarán basadas
en la obra Del amor y otros demonios
de Gabriel García Márquez para evitar redundancia, de lo contrario estará
señalado la referencia a otros autores.
[2] « La definición clásica de discurso, tal
y como ha derivado de las asunciones formalistas es que discurso es “lengua más
allá de la oración” o “lengua más allá de la cláusula” (Stubbs, 1983, p. 1).
Van Dijk (1985) hace la observación de que “las descripciones de naturaleza
estructural caracterizan el discurso a diferentes niveles o dimensiones de
análisis y en términos de una multiplicidad de diferentes unidades, categorías,
patrones esquemáticos o relaciones” » (Schiffrin, Deborah. 2011. P 6) De igual
manera, para este ensayo se usa la definición de discurso como un «enunciado o
conjunto de enunciados con que se expresa, de forma escrita u oral, un
pensamiento, razonamiento, sentimiento o deseo.» (Real Academia Española)
[3] «La definición más simple que podemos
dar de los tropos es la de sustitución de una(s) palabra(s) por otra(s). Es
decir allí donde cabría esperar un término (A) aparece un término (B), esto es
comprensible por el lenguaje humano ya que el lenguaje humano no se presenta
como un continuo, sino que es analizable en unidades, y nos permite un grado de
abstracción que hace posible la expresión simbólica» (Díaz Bautista,
María.
1990. P 154)
[4]
Los representantes máximos son: Miguel Ángel
Asturias, Carlos Fuentes, Julio Cortázar, Mario Vargas Llosa y, sobre todo,
Gabriel García Márquez.
[5]
Las figuras que se agrupan bajo el
rótulo de tropos, ha variado de forma considerable a lo largo de la historia
retórica. En la actualidad suelen incluirse sólo tres figuras: metáfora,
metonimia y sinécdoque (las llamadas figuras de pensamiento), pero la tendencia
reduccionista no acaba ahí ya que la hipótesis jakobsoniana establece una
división bipolar de las figuras: figuras por sustitución, (metáfora), y figuras
por contigüidad, (metonimia y sinécdoque).
(Díaz Bautista, María. 1990. P 154)
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