El Mundo de Ayer de Stefan Zweig: La estructura argumental de una obra trágica

Por: Daniel Carrizales Romero

«Pero toda sombra es, en última instancia, hija asimismo de la luz. Y solo quien ha experimentado acontecimientos claros y oscuros, la guerra y la paz, el ascenso y el descenso, solo ese ha vivido en verdad»
-Stefan Zweig, El Mundo de Ayer

Resumen: El Mundo de Ayer de Stefan Zweig, es una obra autobiográfica que narra la caída de un hombre de ser un intelectual adinerado a un exiliado perseguido, esto lo lleva al suicidio, por lo que existe un paralelismo con la estructura argumental de una obra trágica.
Palabras clave: Tragedia, estructura, fortuna, infortunio

Abstract: The World of Yesterday by Stefan Zweig, is an autobiography which narrates the fall of a man from being a rich intellectual to become an exiled man, this lends him to suicide, so there is a parallelism with the argumentative structure of a tragedy.
Key words: tragedy, structure, fortune, infortune

Résumé : Le Monde d'hier de Stefan Zweig est une autobiographie qui raconte la chute d'un homme intellectuelle riche à être un exil persécuté, cette situation ce qu'il mène au suicide, il y a donc un parallèle avec la structure de l'intrigue d'un jeu tragique.
Mots-clés : Tragédie, la structure, la fortune, le malheur

La estructura argumental en la autobiografía El Mundo de Ayer de Stefan Zweig es la de una obra trágica. Es un relato autobiográfico con una narrativa que expresa un sentimiento melancólico que relata una transición de un tiempo ideal al infortunio provocado por la pérdida del contexto social de Zweig.

El Mundo de Ayer podría ser interpretada como una elegía, es decir un poema de lamento que expresa emociones de perdida y dolor, ya que hay un evidente lenguaje melancólico expresado a lo largo de la obra y desde el titulo mismo hace valida la interpretación de la obra como un canto a la pérdida, a la perdida de esa sociedad casi perfecta a los ojos de Stefan Zweig.

La estructura argumental de esta autobiografía está estrechamente relacionada con la de una obra trágica, y es que la vida de todo ser humano se caracteriza por una alternancia entre la dicha y la desdicha, de la que Zweig no se salva, pero analizándolo en lo macroscópico la vida de Stefan Zweig tuvo una decadencia tan significativa que se la puede categorizar como una tragedia en todo su significado. El género trágico narra el enfrentamiento del personaje protagónico con situaciones adversas, ya sea su destino o su azar, para su infortunio tiene un desenlace trágico, que usualmente es la muerte, en pocas palabras el personaje pasa de la fortuna al infortunio. El género surgió y se desarrolló en la antigua Grecia con autores como Esquilo, Sófocles y Eurípides y tuvo un segundo gran surgimiento durante el periodo renacentista con autores como William Shakespeare o Goethe.

La estructura argumental de la tragedia está caracterizada por la alternancia de coros y de episodios, siendo los coros los que dividen estos episodios. La tragedia comienza con un coro que canta los antecedentes de la historia, seguido de los episodios como tal. Está generalmente compuesta por cinco etapas, comienza narrando los tiempos felices cuando el protagonista gozaba de una gran dicha seguido de la introducción de un problema, en tercer lugar el problema se agrava a una crisis o un dilema, después el problema comienza a salirse de control para terminar en un desenlace catastrófico.

El Mundo de Ayer, metáfora que por sí misma transmite un sentimiento melancólico y trágico, es el título que lleva la obra y es una evidencia de lo que se podrá leer dentro de esta. Al analizar la estructura argumentativa de la obra la división de los capítulos de esta toma un papel protagónico ya que así se pueden lograr identificar las etapas de la tragedia de la vida de Stefan Zweig. La caída de la fortuna al infortunio puede verse reflejada tan solo al revisar los títulos con los que se le nombra a los capítulos, los cuales el primero lleva como título El mundo de la seguridad, muy parecido al título de la obra y de igual manera haciendo alusión a un periodo dorado, mientras el ultimo La agonía de la paz claramente hace referencia a aun Stefan Zweig derrotado por su contexto, agonizando y viendo frente a sus ojos como su desdicha lo llevaba lentamente al suicidio, cabe recordar que es una autobiografía por lo que su suicidio no forma parte de la novela, pero se sabe que la terminó de escribir poco tiempo antes de tomar esta decisión. «(…) anunciaba un cierto rasgo personal de mi modo de ver intimo que, indefectiblemente, nunca toma partido por el llamado “héroe”, sino que atiende siempre solo al drama del vencido» (p. 113)

La causa del infortunio de los personajes en las obras trágicas se debía en algunos casos al destino e incluso en el castigo de los dioses. La novela, evidentemente no hace alusión a un destino como tal y mucho menos a fuerzas de los dioses, pero comienza con un párrafo hablando de lo que le depararía el futuro a aquella sociedad cuasi utópica que era el Imperio Austrohúngaro y consecuentemente al mismísimo Stefan Zweig «¡Qué hablen y elijan, pues, mis recuerdos, en mi lugar, y procuren dar siquiera una imagen pálida de mi vida antes de que esta se hunda en las tinieblas!» (p. XI[1]), la presente cita pertenece al prefacio de la obra.

Stefan Zweig nació en Viena en el imperio Austrohúngaro en 1881, Viena era la tercera ciudad más grande del mundo y Zweig había crecido en una familia judía burguesa dentro de este imperio multicultural y multiétnico, por lo que su estilo de vida era como el de cualquier adinerado de la época, aunque de cierta manera aborrecía el hecho que su familia se atribuyera una superioridad falsa hasta el punto de convertirse en la nueva aristocracia. La ciudad no solo gozaba de un esplendor económico, sino que en materia de cultura Viena era casi un paraíso, se gozaba de buena música, buena literatura y buen teatro, cualquier otra actividad que no fuese intelectual era mal vista por la población, e incluso por las generaciones jóvenes.

Toda sociedad humana padece de injusticia, desigualdad y una división de las clases sociales, y Viena no era la excepción, lo que en la novela hace a Viena aún más grande de lo que en realidad era es la percepción de Stefan Zweig, la novela pertenece al género autobiográfico, esto quiere decir que no habla de la realidad en sí, sino que es la interpretación de la realidad, la realidad vista a través de los ojos de un individuo con dinero, perteneciente a la clase alta y con fácil acceso a privilegios como lo eran las bellas artes. Se podría entonces decir que Zweig se encontraba en lo más alto, se regocijaba con la dicha de ser bendecido al nacer en una familia pudiente.

En las tragedias griegas hay un hecho que desencadena las desgracias del héroe, este hecho usualmente es la arrogancia y el orgullo que provocan una desmesura en las acciones del personaje y esto, a su vez, provoca un castigo de los dioses, a esta desmesura y arrogancia se le llama hybris. En el caso de Stefan Zweig ese hybris se refiere a ese exceso de confianza que tenían los austriacos en la paz y la seguridad, incluso Zweig menciona que las guerras parecían cosa del pasado, que no volverían a ocurrir desgracias de este tipo sobre Europa. Los vieneses, inmersos en su seguridad, veían con ojos despreocupados los problemas fuera de Viena, esa «edad dorada de la seguridad» parecía no tener fin para el círculo social en el que Zweig se movía. «Se vivía bien, se vivía fácil y despreocupadamente en aquella vieja Viena (…)» (p. 19). Ese constructo mental de Zweig de un futuro igual de perfecto y lujoso lo llevaría más adelante a recibir con más amargura el duro golpe que la vida le tenía preparado. «En aquella conmovedora confianza en su capacidad de asegurar la vida hasta el último extremo contra todo asalto del destino, había, pese a toda la consistencia y la modestia de su concepto de la vida, una petulancia grande y peligrosa» (p. 2)

Zweig se siente esperanzado y expresa una gran nostalgia por la vieja Europa, que ya no volverá «(…) Europa tampoco volverá a ser, durante decenios, lo que fue antes de la primera guerra mundial!» (p. 82), esa Europa en donde alcanzó el éxito literario, donde fueron sus poemas musicalizados por el aclamado músico Richard Strauss, paseó con el talentosísimo poeta Rilke por las calles de París, por esa Europa que recorrió de pies a cabeza cual gitano y había fortalecido su idea de una unidad, una sola patria, Europa. «El vendaval de orgullo y confianza que entonces rugía a través de Europa, arrastraba también nubes. (…) Cada estado tenía, de pronto, la sensación de ser fuerte y todos se olvidaban de que los demás sentían lo mismo» (pp. 136-137)

Las tensiones crecían entre los países europeos, comenzaban los primeros titubeos de ese mundo de la seguridad, nuevos problemas aparecían, el expansionismo y la ambición de estos países, daban las primeras campanadas del reloj hacia el estallido de una guerra de proporciones épicas. «No era aún pánico, pero sí una inquietud que ardía lenta y constantemente» (p. 137), aun así, había indiferencia entre los intelectuales optimistas que no se pronunciaban al respecto.

Al estallar la primera guerra mundial en 1914 con el asesinato del archiduque Franz Ferdinand en Sarajevo, el mundo de la seguridad de Zweig había muerto con el disparo del arma para siempre, y Zweig observó como uno contra otro los países europeos se declaraban la guerra entre sí, observó el movimiento de los cañones de guerra y como todo el mundo de paz que él conocía se derrumbaba a sus pies, así como el ideal de una patria europea, Europa se dividía en naciones y el odio transgredía incluso a las bellas artes, la tragedia apenas comenzaba.

Zweig huyó de Austria y se instaló en Suiza, donde volvió a encontrar la paz y la seguridad que había ya perdido su ciudad natal, al finalizar la guerra se encontró con una Austria a secas, el imperio ya no era, lo que lo había hecho grande se encontraba ahora en tierras extranjeras, la tierra había sido dividida por los vencedores y la pobreza sacudió al país, la inflación crecía a pasos agigantados, el Imperio Austrohúngaro había caído y Austria no quería existir. «Yo sabía que regresaba a otra Austria, a un mundo distinto.» (p. 210). Zweig había perdido una identidad, un sentido de pertenencia «Los hombres que más me conmovían entre todos (…) fueron los sin patria» (pp. 200-201)

La tragedia de la vida de Stefan Zweig no terminaba aquí, la economía austriaca se recuperó y la juventud sentía un gran deseo de recuperar y renovar la cultura, se tenía esperanza en el futuro, de nuevo la vieja hybris invadía a la sociedad ingenua «(…) la guerra estaba enterrada. Pero no, no lo estaba. Solo que lo ignorábamos. Nos engañábamos todos con nuestra buena fe y confundíamos nuestra predisposición personal con la del mundo» (p. 226) en la década de los 20’s la tensión era ligera en Europa, la relativa paz parecía asegurada, Zweig probaba las dulces mieles del éxito, parecía que todo se había recompuesto, incluso la ciudad donde habitaba, Salzburgo, era considerada la nueva capital mundial del arte.

Pero un hombre, antisemita, amenazaba con perturbar la paz, agitaba las masas en Múnich con discursos y propaganda, tenía su propio ejército y un partido político listo para reemplazar con su estructura a la estructura gubernamental, más al mundo parecía importarle poco o nada. Esa nueva época de seguridad perduro solamente hasta 1933, cuando ese hombre, un tirano, llego a ocupar el poder en Alemania, su nombre era Adolf Hitler, se alzó con un fuerte nacionalismo y un odio hacia el pueblo judío y a la multiculturalidad en general, la tragedia final de Stefan Zweig estaba a punto de comenzar.

Ese hombre había instalado campos de concentración en época de paz, horrores y torturas, se prohibieron y quemaron los libros de Zweig por ser judío y por la misma razón a una colaboración con Richard Strauss, ahora también se le repudiaba por su sangre, un judío asimilado en esa sociedad multiétnica que Hitler se esforzaba en desaparecer, los judíos volvían a ser un pueblo perseguido, al igual que cualquiera que fuera su amigo. Para la desgracia de Zweig una revolución se había desatado en Viena, y su casa en Salzburgo había sido registrada. Zweig se exilió en Londres. «Austria estaba perdida…, aunque, en verdad, ignoraba cuanto perdía yo mismo con ello.» (p. 294)

«El sol de roma se ha puesto y la jornada ha terminado. Nubes, relente y peligros se avecinan. Pero nuestra tarea está cumplida.» (Shakespeare, Julio Cesar), así es como se da inicio al último capítulo de la autobiografía, se trata de un prefacio del desenlace trágico que tendrá Stefan Zweig. El miedo por una segunda guerra mundial era grande, esta parecía inminente, Zweig ha perdido al Imperio Austrohúngaro, y ahora a su patria Austria, aun no estallaba la guerra, él volvía preocupado y temeroso de la inminente desgracia. «porque sólo sufrían cuando realmente acontecían las cosas, mientras que yo padecía la desgracia por anticipado» (p. 305). Zweig volvió a Salzburgo consciente que sería la última vez, su despedida para siempre de Austria.

Finalmente, Austria cae en manos de la Alemania Nazi, Viena es masacrada y humillada, y los judíos son degradados a menos que humanos, su pasaporte Austriaco quedó inhabilitado, Zweig era un hombre sin patria, se convirtió en un refugiado. «a partir del día en que tuve que empezar a vivir con papeles y pasaportes extraños, deje de sentirme por completo en armonía conmigo mismo. Quedó destruido para siempre algo de la identidad natural con mi yo autentico y primitivo. (…) descubrí que con su patria pierde el hombre algo más que un trozo de tierra delimitado» (p. 311)

Al estallar la segunda guerra mundial, Zweig se había convertido, por su condición de alemán, en un enemigo de Inglaterra, su degradación continuaba, y comenzaba a ceder emocionalmente a su destino, viendo caer no solo su identidad, sino que todo su trabajo de la vida y el anhelo que siempre tuvo de ver a Europa como una sola patria. «la misión intrínseca a que había dedicado toda la fuerza de mi convicción por espacio de cuarenta años, la unión pacifica de Europa, había fracasado. Lo que temía mas que mi propia muerte, la guerra de todos contra todos, se desencadenaba ahora por segunda vez.» (p. 329)

La novela termina aquí, pero como ya se mencionó, al ser una autobiografía el desenlace trágico se encuentra fuera de la obra en cuestión en este caso en la carta de suicidio, Zweig se exilió en Brasil y temiendo la inminente victoria del nacismo, decide suicidarse. «Cada día aprendí a amar más este país, y en ninguna otra parte hubiera preferido reconstruir mi vida ahora que el mundo de mi propia lengua está perdido y Europa, mi hogar espiritual, se destruye a sí misma. (…) Que se les permita ver la aurora de esta larga noche. Yo, demasiado impaciente, me voy antes.» (Zweig, S., Declaração)

El sociólogo francés Émile Durkheim, en su estudio El Suicidio, habla del suicidio anómico, es decir aquel que surge cuando un fallo o una ruptura de los valores sociales provoca en el individuo un sentimiento de desorientación y de falta de significado de la vida. Es una perspectiva del suicidio como un fenómeno social que aparece en épocas de revoluciones, guerras y crisis económicas que provocan una pérdida de la identidad del afectado.

En conclusión, la vida de Stefan Zweig como es representada en su autobiografía puede, desde un punto de vista macroscópico, percibirse como una tragedia, es decir, que la estructura argumental de la novela corresponde a la de una tragedia, incluyendo el prefacio y considerando la carta de suicidio como la culminación perfecta de la obra.

Bibliografía

Adriangramary.com,. (2013). la tragedia de stefan zweig. Retrieved 18 February 2016, from http://adriangramary.com/agramary/Articulos/Entradas/2013/5/13_LA_TRAGEDIA_DE_STEFAN_ZWEIG.html
Zweig, S. (2008). El Mundo de Ayer. México D. F.: Editorial Porrúa



[1] Todas las citas en las que solamente se haga una acreditación al número de página de la cual fue extraída son citas del libro El Mundo de Ayer  de Stefan Zweig (Zweig, S. (2008). El Mundo de Ayer. México D. F.: Editorial Porrúa.)

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