Novecento: el pianista en el océano (2014)
Novecento de Alessandro
Baricco: El Virginian como principio de identidad[1]
de Novecento y la configuración en su elección vital de no dejar del barco
Miércoles
13 Abril 2016
«Para
ser precisos, Novecento nisiquiera existía para el mundo: no había ciudad,
iglesia, hospital, cárcel, equipo de beisbol que hubiera escrito su nombre en
algún sitio. No tenía patria, no tenía fecha de nacimiento, no tenía familia.
Tenía ocho años: pero oficialmente no había nacido.»
Alessandro
Baricco, Novecento.
Alessandro
Baricco (1958. Turín, Italia) presenta en su monólogo dramático: Novecento: el pianista en el océano (2014),
un determinante hecho por el cual la entidad del protagonista, Danny Boodmann TD
Lemon Novecento, quedará ligada al transatlántico Virginian durante su vida y
le confina la opción de salir al mundo.
Resumen: La
obra es relatada a través del trompetista Tim Tooney, quién se hace amigo del
protagonista durante una orquesta abordo del Virginian. El narrador describe el
enigmático entorno en el que se encuentra Novecento desde que fue abandonado,
posiblemente por una pareja de pasajeros emigrantes, sobre el piano del salón
de baile de primera clase, evento por el cual posiblemente su identidad esta
enlazada al piano. Novecento es encontrado por el marinero Danny Boodmann,
quién lo cría durante 8 años en el barco hasta que finalmente fallece,
dejándolo ahí sin ser registrado en ningun lugar del mundo, motivo por el cual
no tiene a dónde ir y permanece en el barco hasta su último momento.
Palabras
clave: Entorno, abandonado, enlace, identidad, permanece.
Summary:
The narration is done through trumpeter Tim Tooney, who becomes friends with
the protagonist during an orchestra on board the Virginian. The narrator describes
the enigmatic environment in which is Novecento since it was abandoned,
possibly by a couple of immigrant passengers, on the piano from the first class
ballroom, event which possibly linked him to the piano throughout his life.
Novecento is found by the sailor Danny Boodmann, who cared for him over 8 years
until he dies, leaving him there without being registered anywhere in the
world, reason why he has nowhere to go and stayed on the boat until his very last
moment.
Key
words: Enviroment, abandoned, link, identity, stayed.
Résumé:
Le livre est raconté par Tim Tooney, le trompettiste qui se lie d'amitié le
protagoniste fait pour un Virginian du conseil d'administration d'orchestre. Le
narrateur décrit l'environnement énigmatique qui est Novecento depuis qu'il a
été abandonné, peut-être par un couple de passagers immigrants sur l'événement
de première classe de piano de salon pour laquelle votre identité est peut-être
liée au piano. Novecento est trouvé par le marin Danny Boodmann, qui couve plus
de 8 ans dans le bateau jusqu'à ce qu'il meurt finalement, le laissant là sans
être inscrit partout dans le monde, pourquoi n'a nulle part où aller et de
rester sur le bateau jusqu'à ce que dernier moment.
Mots-clés:
Environnement, abandonné, lien, identité, reste.
A pesar de que la gente pensaba que su
situación era algo lamentable, Novecento es un hombre que nunca fue manipulado
o regido por la sociedad, permitiéndole hacer lo que su corazón quería y tener
un espititu libre, razón por la cual aunque pareciéra difícil de entender
porque no quería bajarse del barco, hay elementos en la historia que aclaran el
porque creía en que él era el único que podían decidir que hacer con su vida, y
a diferencia de la gente que subía y bajaba del Virginian, el tenía una
justificación del porque permanecería ahi.
El resto
de los personajes abordo del transatlántico son antagonistas y crean un
ambiente de expectativas en torno a Novecento, como en el caso del inventor del
Jazz: Jelly Roll Morton[2],
quién es comparado con el pianista del Virginian y se burla de Novecento,
porque cree que por no tener el valor de bajar de Virginian, no tiene el valor
de tocar bien:
«Pero
¿cómo es que puede tocar bien alguien que no tiene los cojones ni para bajar de
un estúpido barco? y se echó a reír, como un loco, el inventor del jazz. La
cosa podía haber terminado ahí, pero hubo alguien que en ese momento dijo: "Haces
bien en reírte, porque bastaría con que ése se decidiera a bajar para que tú
tuvieras que volver a tocar en los burdeles"... » (P. 46)
Fue así
como este personaje se une a la historia, con la intención de terminar con la
historia del pianista sobre el océano, sube al barco de vapor y lo reta, no
obstante, al no entender un duelo ni tener un espíritu competidor, no le
importaba ganar, hasta el momento que lo humilla y decide tocar como nunca
antes. Así fue como ganó mayor fama y reconocimiento, logrando que personas de
diversas partes del mundo se subieran al barco sólo para ver al pianista que
tocaba sobre el mar que venció al creador del jazz.
La metáfora de su microcosmos[3]
En la
obra se establece el Virgínian como la alegoría del mismo Novecento, es decir
que representa su microcosmos, su exitencia gira en torno a el, a pesar de ser
sólo un transatlántico lo vuelve un mundo completo en sí mismo, como si
estuviera a escala. Al no tener una individualidad propia, no tener un destino,
no conocer su cumpleaños, no tener parientes, no tener una ciudad natal ni una
vida fuera del barco, representa su ser, y dejarlo significaría dejar todo lo
que es, todo lo que conoce, todo lo que lo conforma, por lo que sería otro, y
es ese miedo el que no le permite bajar.
«Yo nací
en este barco... Así lo aprendí yo. La tierra es un barco demasiado grande para
mí. Es un viaje demasiado largo. Es un mujer demasiado hermosa. Es un perfume
muy intenso. Es una música que no se tocar. Perdóname, pero no voy a bajar.» (P.
74, 75)
Para
Novecento cada persona lleva consigo su identidad, traen pedazos de su ciudad
natal, de los lugares que han visitado, por lo que de esta forma y a través de
sus relatos recrea las ciudades y los lugares que nunca ha conocido, así tiene
una idea del mundo exterior al suyo y lo relaciona, sin embargo aun es
irrelevante, debido a que las historias que le cuentan son idealizadas y
cambian segun las experciencias y perspectivas que tienen los viajeros. Esta
situación asimila para el una vida normal, por lo que es capaz de relacionar lo
que conoce del mundo a través de las historias de los pasajeros con el
Virginian: el barco es su mundo, en el hay una diversidad de habitantes y ahí
encuentra todo lo que necesita, por lo que extrañamente es capaz de metaforizar
algunas áreas del barco con ciudades que el nunca ha conocido, con casas, con
fábricas y con puntos de reunión.
El cambio
es inevitable, la vida siempre presenta cambios grandes y simples a los que es
necesario adaptarse, algunos aspectos se debilitan, otros se fortalecen,
algunos pueden surgir y otros desvanecerse, pero la forma en que se reacciona a
estos cambios es la que determina que sucedera con los que enfrentan estos
cambios. Para Novecento, lo conocido le daba una sensación de seguridad, de estabilidad,
el estaba cómodo con las 88 teclas de su piano y con la prosperidad de su barco
de vapor, el cual fue suficiente para no enfrentar un cambio, para permanecer
en el barco a pesar de que iba morir.
Desarrollo de su analogía con el Virginian
Las
personas que se encuentran en una lucha constante por definirse o darse cuenta
de quien son en realidad, no tienen conocimiento de que lo que las define no
son sólo ellas, sino todo lo que las rodea: gustos, dicisiones, relaciones, su
lugar de origen, y más. La identidad es un proceso dinámico que se va formando
durante la vida a través de
todo lo que sucede, pero cuando todo lo que se es y todo lo que
se tiene esta concentrado en un solo lugar, en un solo elmento, como en este
caso es el Virginian para Novecento, dejarlo simboliza la pérdida de su individualidad,
la pérdida de si mismo.
Novecento
se encuentra aislado del mundo, a pesar de convivir constantemente con diversas
poblaciones, no crea lazos ni relaciones de ningun tipo, no forja una construcción
social ni cultural de su personalidad, incluso ni siquiera moral, el crea sus
propias reglas y decisiones en base a lo único que sabe y cree. Actualmente el
concepto de tener una identidad personal se refiere a tener la capacidad como
individuo de tener un flujo en la civilización, lo que supuestamente da la
libertad de poseer una personalidad.
A
diferencia del resto de las personas relativamente autónomas, Novecento tiene
una dependencia en su desarrollo personal con lo único que lo mantiene
"unido" a la sociedad: el barco donde nació, creció y vivió. Sin este
elemento su mundo se derrumbaría, al no tener nada más que lo una a la sociedad
mas que el mero hecho de ser humano.
La pérdida de identidad[4]
La obra
tiene como característica principal el apego de Novecento a su identidad, su
fobia irracional a perderla, por lo que decide hundirse con ella antes que
dejarla. A pesar de saber que moriría en el barco si no lo dejaba, su
resistencia al cambio tiene una explicación: en algunas circunstancias el
cambio puede simbolizar la pérdida de la personalidad y caracterización de la
persona, como en el caso de Novecento, el dejaría atras su lugar de origen, su
hogar, donde creció y vivió y representaría
pérdidas emocionales, de su moral, de sus recuerdos, y al no tener ningun tipo
de experiencia previa en el mundo, Novecento no sabría como manejar una
situación ajena a las que se presentaban en el barco, causandole una angustia a
como sería tratado o recibido.
Una
situación semejante se presenta en el caso del escritor Stefan Zweig, un
intelectual procedente de la alta burgesía vienesa que puso en palabras sus
memorias a través de la obra el mundo de
ayer. En su obra describe la melancólica experiencia que vive como judío durante
un periódo de transición en la vieja Europa, en el cual pierde su identidad al
ser exiliado de su patria y ve derrumbarse de lejos el imperio Astrohúngaro,
donde su lengua, el alemán, era paradójicamente la lengua de aquellos que
intentaban eliminar a los miembros de su raza. Al encontrarse en esta
devastadora situación, Zweig no soporta la idea de observar como un imperio
multicultural y multilinguístico se desmorona, asi como haber perdido su
identidad, su patria, su origen y su cosmos, por lo que termina con su vida pocos
meses después de haber concluído la obra en su país de residencia: Brasil.
« Antes de
dejar la vida por voluntad propia, con la mente lúcida, me impongo un último deber: dar cariñoso
agradecimiento a este maravilloso país, Brasil, que me ofreció, a mí y a mi obra, tan gentil y hospitalario refugio. Cada
día he aprendido a amar más este
país y quisiera no haber tenido que reconstruir mi vida en otro lugar después de que el mundo de mi propia
lengua se hundió y se perdió para mí, y mi patria
espiritual, Europa, se destruyó a sí misma ...mi propio poder se ha desgastado después de años de vagar sin
asiento. Por eso prefiero terminar mi
vida en el momento adecuado, justo,
como un hombre para quien su trabajo cultural fue
siempre la más pura de sus alegrías y
también su libertad personal, la más preciosa de
las posesiones en este mundo.
Dejo saludos para todos mis amigos: quizá ellos vivan para ver el amanecer después de esta larga noche. Yo, más impaciente, me voy antes que
ellos.»
(Zweig,
2008)
Las
circunstancias que rodearon la elección entre la vida y la muerte de Stefan
Zweig se ven asimiladas por la reprentina situación en la que fue forzado Novecento:
decidir entre dejar atras su identidad y su cosmos para empezar nuevamente sin
borrar las memorias o terminar antes con su existencia. Ambos, decidieron
melancólicamente dejar su vida antes de perderse a si mismos en el proceso de
recreación. Este miedo ante abandonar su pasado y enfrentar su nueva realidad lo
representa una fobia: decidofobia, La cual introduce Walter Kaufmann en 1973. Dicha
fobia describe el temor irracional a tomar una decisión vital o adquirir una
responsabilidad que presente un gran cambio en su vida o persona, como se
presenta en el caso de Novecento, cuando es expuesto a un mundo impredecible,
fuera del suyo donde su conocimiento le genera confianza.
A pesar
de que Novecento decidiera bajar del barco, hubiera finalizado la etapa de los
primeros 32 años de su existencia, cortando el lazo con su antigua vida, como
sucedió con Stefan Zweig, por lo que esta pérdida finalmente hubiera significado
un daño tan fuerte en su ser, que inevitablemente perdería la noción y sentido
de subsistir. La última decisión que tomo Novecento, de permanecer hasta el
último momento en su mundo, en su identidad, fue probablemente mas sensata y
con mayor valentía de lo que fue percibida vista por el resto.
Biografía
Baricco, A. (1994). Novecento. Milano: Feltrinelli.
Zweig, S.
(2008). El mundo de ayer. México: D.F.: Porrúa.
Mismo, C.
(2016). Cómo definirte a ti mismo. wikiHow. Retrieved 13 April 2016, from
http://es.wikihow.com/definirte-a-ti-mismo
Guallar,
M. (2013). Decidofobia: cómo superar el miedo a toamr decisiones críticas
[online] en http://www.grandespymes.com.ar/2013/01/08/decidofobia-como-superar-el-miedo-a-tomar-deiciones-críticas/
Lafaye,
J. J. Una vida de Stefan Zweig. Barcelona: Alrevés, 2009.
Crisis de
Identidad. (2011). Psicólogos en Madrid eu. Retrieved 12 April 2016, from
http://psicologosenmadrid.eu/crisis-de-identidad/
[1]Principio de identidad: El argumento de Kripkeano
dicta lo siguiente: "para él todo objeto es idéntico a sí mismo en todo
mundo posible en el que tal objeto exista; un fenómeno, un objeto, una persona
es idéntica a sí misma, siempre que sus rasgos inherentes no varíen en el
tiempo a pesar de las circunstancias a las que sean sometidos"
[2]Jelly
Roll Morton: (Ferdinand Morton) fue un músico criollo de Nueva Orleans que
había recibido formación clásica pero tocaba el piano ragtime en Storyville a
principios de 1900, lugar lleno de casinos, tabernas bares cabarets, donde
muchas bandas trabajaban cada noche. Fue de carácter provocador y fanfarrón y
esto ha influido en la desconsideración de su figura de excelente músico
creador, quizá el músico que primero codificó y transmitió las normas de
funcionamiento del jazz.
[3]Microcosmos: concepto utilizado por Demócrito y por
Gottfried Wilhelm Leibniz que lo define como la micro derivación del universo
al interior de nuestro espacio, esta directamente ligado a la proporcionalidad
de la expansión de este y ligado a nuestras ideas, personalidad, equilibrio,
etc.
[4] En su estudio clásico sobre el suicidio, Durkheim definía el
suicidio anómico como aquel que surge cuando un fallo o dislocación de los
valores sociales provoca en el individuo un sentimiento de desorientación y de
falta de significado de la vida. Para el padre de la sociología, la anomia,
como estado social, acostumbra a aparecer en las épocas de revolución social, y
determina en el individuo un desconcierto o inseguridad que se podría
corresponder con lo que hoy llamamos alienación o pérdida de identidad.
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